Libro Rumbo Emprender

Resumen: “Desde que comenzamos con esta idea de compartir lo que nuestro camino por la vida, los negocios, el emprendimiento y el trabajo nos ha ido enseñando, imaginamos un libro que pudiera ser leído por varias generaciones. Un libro que entregara bases y reflexiones a nuestros hijos —y a los hijos de ellos— para cuando llegara el momento de decidir qué rumbo seguir.

Pero no queríamos un manual con fórmulas ni métodos rígidos. Lo que deseábamos era un contenido que motivara a pensar distinto, que inspirara a hacer las cosas de otra manera. Debemos confesarlo: una parte de nosotros sigue siendo muy juguetona. Continuamos mirando el mundo con ojos de niños. Tal vez ahí radica nuestra energía: en reír, en jugar, en disfrutar, sin dejar de tomar en serio lo que debe ser tomado en serio. Creemos que el goce es clave para vivir una vida más plena.

¿Y a qué vamos con todo esto? A que, en este espíritu, hay un personaje que siempre nos ha inspirado: El Principito. Entre bromas, alguna vez dijimos que nuestro libro podría ser “el Principito de los emprendedores”. Y no lo decíamos solo porque el clásico de Saint-Exupéry, escrito hace más de 70 años, sigue vivo y vigente. Nos fascinaba cómo ese niño, con sus preguntas aparentemente ingenuas, lograba desarmar el mundo de los adultos. Cómo esas preguntas, según el momento y el lugar en que uno las reciba, pueden abrir caminos de reflexión distintos, incomodar, e incluso transformar.

Ese es el mensaje central: no queremos perder la gracia, la agudeza ni la inocencia de los niños al mirar la vida adulta. Si lo hacemos, corremos el riesgo de ver siempre lo mismo, de encontrar siempre la misma respuesta, de quedarnos sin creatividad. Y justamente la creatividad es lo que un emprendedor no puede perder jamás.

Por eso, al imaginar este nuevo libro, pensamos en El Principito llegando a la Tierra, tal vez en nuestros sueños o quizás en el globo aerostático que ya se ha vuelto símbolo de Rumbo emprender. Ese niño icónico viene a hacernos preguntas, a empujarnos a mirar desde distintos ángulos, a incomodarnos, a recordarnos que aún tenemos el mundo por delante y que podemos lograrlo todo.

Así construimos este segundo Rumbo emprender: de la mano del Principito, preguntando e insistiéndonos qué tienen en común estos dos amigos, pares improbables, que comparten una misma misión, aunque cada cual haya tomado su propio camino.”